Todo el mundo que tiene mascotas en general, y perros en particular, ha escuchado leishmania o leishmaniosis.
Pero ¿Qué es exactamente?
A continuación, te mostramos una guía rápida para saber qué es y cómo detectarla.
La leishmania es un parásito que se instala a vivir dentro del perro. Este ser microscópico, viaja habitualmente en mosquitos y son ellos quienes trasladan el parásito a través de las picaduras. Una vez el parásito está dentro del perro, éste desarrolla la leishmaniosis, una enfermedad que cuando se contrae es incurable.
¿Es mortal?
La leishmaniosis, si no se detecta a tiempo, puede ser mortal. Pero, con una rápida detección, la enfermedad puede curarse.
¿Eso significa que se puede curar?
Por desgracia no. A pesar de ello, si puede convertirse en una enfermedad crónica y, en la medida de lo posible, nuestro compañero podrá continuar haciendo una vida normal.
¿Cómo ataca?
La leishmaniosis ataca de dos maneras.
Puede hacerlo por medio de una afectación en la piel y el pelo del animal, o puede hacerlo atacando a los órganos internos, especialmente el riñón y el hígado. Si no se detecta a tiempo, alguno de los síntomas que puede producir son: Úlceras que no sanana buen, pérdida de pelo (especialmente en la zona de las patas, cabeza o detrás de las orejas) y caspa, sangre en la orina, diarreas constantes, conjuntivitis, dermatitis, atrofia muscular, entre otras.
¿Cómo la podemos tratar?
Si detectáis cualquiera de estos síntomas en vuestro perro, visitad rápidamente el veterinario. Si el veterinario detecta la enfermedad, lo primero que hay que hacer es detener su evolución. Una vez echado el freno, el perrito podrá hacer vida normal, llevando a cabo diferentes controles periódicos para comprobar que el tratamiento surge efecto.
Hay que tener en cuenta que una vez que el perro haya estado infectado con el parásito de la leishmania, las vacunas no serán efectivas y hay que hacer todo lo posible para combatir previamente la instalación de este parásito indeseable.