¿Sabías que un felino puede ser diabético?
Sí, igual que los humanos, los gatos también padecen enfermedades endocrinas como, por ejemplo, la diabetes.
Y con mayor frecuencia de lo que crees.
¿Qué es la diabetes felina?
La diabetes mellitus es una enfermedad endocrina muy frecuente en gatos domésticos, de hecho, es la endocrinopatía más frecuente. Consiste en una deficiencia en la secreción o en la función de la insulina que lleva a un aumento de la glucosa en sangre.
El aprovechamiento correcto de la glucosa en sangre es necesario para que el gato obtenga la energía necesaria para su día a día, y para que las células continúen reproduciéndose y funcionando con normalidad.
Se conocen 3 tipos de diabetes:
- Tipo 1 o diabetes insulinodependiente: Se debe a una destrucción de las células beta del páncreas (productoras de insulina) por el propio sistema inmune del gato. Es una forma de diabetes irreversible.
- Tipo 2 o diabetes no insulinodependiente: Es la más común en gatos (90%). La secreción de insulina es deficitaria y además existe resistencia (insensibilidad) a la acción de esta en las células. Es una forma de diabetes potencialmente reversible.
- Tipo 3 o secundaria: Se debe a causas externas al páncreas que provocan resistencia a la insulina como la administración de corticoides, progestágenos u otros problemas hormonales como el síndrome de Cushing o la acromegalia.
¿Por qué un gato desarrolla diabetes?
Existen varios factores de riesgo y la obesidad es uno de los más importantes, ya que multiplica por tres la probabilidad de sufrir la enfermedad. Otros factores son:
- Edad. Más frecuente en gatos mayores.
- Sexo. Más común en machos.
- Predisposición genética. Se ha observado que algunas razas son más propensas a desarrollar la enfermedad.
- Inactividad. Más frecuente en gatos indoor. Esto se relaciona con la obesidad.
- Infecciones o inflamaciones en otros órganos.
¿Cuáles son los síntomas de la diabetes en gatos?
Dependiendo de la gravedad y de la etapa de la enfermedad, hay diversos síntomas que pueden hacerte sospechar si tu gato es diabético:
- Orina más y con mayor frecuencia.
- Tiene más sed.
- Tiene más hambre.
- Pierde peso.
- Está más cansado y apático.
- Camina con dificultad.
- Sufre náuseas y vómitos.
Recomendamos que consultes con un veterinario si notas alguno de estos síntomas pues, si la enfermedad avanza sin ser tratada, pueden surgir complicaciones y problemas derivados.
¿Cómo se realiza el diagnóstico?
Para diagnosticar si un gato padece diabetes mellitus, se realizan análisis de sangre y de orina para medir el nivel de glucosa.
→ ¡Cuidado! Los gatos en situaciones de estrés (por ejemplo, en su visita al veterinario) pueden presentar aumentos puntuales de niveles de glucosa en sangre lo que podría confundir el diagnóstico.
Para conseguir un diagnóstico más preciso, se analizan los niveles de fructosamina en la sangre, y así sabemos con seguridad si estamos o no ante un felino diabético.
¿En qué consiste el tratamiento de la diabetes felina?
El tratamiento de la diabetes en gatos tiene como objetivos la reducción o eliminación de los signos clínicos, la prevención de las complicaciones y, muy importante, la remisión.
En primer lugar se han de controlar los factores de riesgo como el sobrepeso o los tratamientos diabetógenos.
La alimentación también es importante, ya que la utilización de dietas especiales para gatos diabéticos aumentan en un 50% la probabilidad de obtener la remisión de la diabetes.
El tratamiento con insulina es el otro pilar del tratamiento, que, si conseguimos la remisión de la diabetes, podríamos llegar a retirar. Es muy importante la monitorización del tratamiento con insulina para obtener la dosis adecuada para cada paciente.
¿Cómo prevenirla?
Aunque haya factores desencadenantes, como la raza o la genética, que no se puedan evitar, sí que hay otros que puedes controlar con medidas preventivas.
- La alimentación. Una dieta equilibrada, alta en proteínas y baja en carbohidratos, es esencial para disminuir el riesgo de obesidad, diabetes y otros problemas de salud.
- La condición física. Asegúrate de que tu gato realice actividades físicas con regularidad para controlar el peso, la masa muscular y la cantidad de grasa corporal. Además, invertir el tiempo suficiente en juegos, también reduce el estrés y, en consecuencia, influye en el peso.
- Las visitas al veterinario. La detección precoz es importante para descubrir los primeros signos de la enfermedad, tratarla a tiempo y evitar complicaciones derivadas.
Como ya has visto, la diabetes es una enfermedad tratable y que suele tener muy buena respuesta. Con un tratamiento y dieta adecuados, tu gato podrá llevar una vida completamente normal.
¿Tienes alguna duda? ¡Te ayudamos!