Algunas personas ignoran la importancia que tiene un buen cuidado de las uñas para nuestros compañeros peludos. Pasear, correr, rascar, trepar, saltar… todas son actividades que, tanto perros como gatos, realizan periódicamente y donde las uñas juegan un papel relevante.
Cortar las uñas periódicamente no es un tema de estética.
Aunque parecen insignificantes, las uñas tienen unas funciones muy concretas que permiten a nuestros peludos desarrollar su actividad con normalidad. Cortarlas periódicamente les ayuda a prevenir problemas físicos y articulares, además de infecciones y lesiones.
3 consejos para cortarle las uñas a tu peludo
La mayoría de perros y gatos protegen mucho sus patitas por instinto natural de supervivencia: si sus extremidades sufren algún daño que les impide caminar y desplazarse, no pueden escapar de los peligros y, por lo tanto, su supervivencia se ve comprometida. En este sentido, si tu compañero no está acostumbrado, el momento manicura puede ser muy traumático.
Para convertir el corte de uñas en una actividad un poco más sencilla, te compartimos 3 consejos:
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Habitúalo desde pequeño.
Lo ideal es acostumbrarle desde cachorro. Tócale sus patitas y dale algo sabroso justo después. Sin embargo, también puedes hacerlo con los adultos, aunque requiere algo más de tiempo (es probable que hayan tenido experiencias negativas con el cortaúñas con anterioridad).
Poco a poco, puedes aumentar la intensidad de las manipulaciones, acercar el cortaúñas, moverlo delante de él y, finalmente, cortar una uña. Este proceso requiere tiempo y paciencia, pero dedicando un ratito cada día, puedes conseguir muy buenos resultados.
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Prémiale cuando se porte bien.
Como hemos comentado en el punto anterior, es importante recompensar a tu peludo tras cada manipulación. Así, le ayudas a transformar la vivencia en una experiencia mucho más agradable.
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No le estreses.
Otra idea para que cortar las uñas sea una tarea menos agotadora, es no cortar todas las uñas de golpe.
Para no estresar a tu compañero, puedes cortarle un par de uñas (o las que se deje mientras esté tranquilo) y, en otro momento en que esté relajado u otro día, cortarle un par más, y así sucesivamente. De esta manera, vas avanzando poco a poco y no están todas cortas, pero tampoco todas largas.
Esperamos que estos consejos te sirvan para terminar las batallas con el cortaúñas y, poco a poco, a tu peludo se acostumbre.
Si, pese a intentarlo todo, cortarle las uñas es una tarea imposible, no dudes en llevarlo al veterinario. Sin lugar a dudas, allí se encargarán de que tu compañero de vida esté en las mejores manos.