¿Te gusta darle besos a tu mascota o más bien eres de los que se molesta cuando te lame la cara? En cualquier caso, ¿es bueno que lo haga?
Igual que nos pasa con si es bueno dormir con mi peludo, dejarse lamer o no por nuestra mascota es otro tema que crea controversia. No hay una opinión generalizada y, si haces una búsqueda en Internet, encontrarás partidarios y detractores de ambos lados.
Desde Clínica l’Arca intentaremos trasladarte nuestro punto de vista.
Y ya te aclaramos una cosa: dejarte ‘besuquear’ por tu peludo no tiene nada de malo.
El miedo al contagio
Más allá de gustarte o darte manía, uno de los miedos principales cuando te lame un animal es la posibilidad de contraer alguna infección con su saliva. Pues bien, tienes que tener en cuenta que, si no estás inmunodeprimido (con el sistema inmunitario debilitado), es más probable que te contagie algo otra persona que tu perro o gato.
Hay dos premisas que tenemos que seguir siempre:
1. Desparasitación e higiene. Todos los animales tienen que desparasitarse regularmente contra parásitos internos y externos, vectores de graves dolencias. De este modo, las probabilidades que te contagie algo son prácticamente nulas.
2. Cuestión personal. Haz lo que te haga sentir más cómodo y sé coherente. Para evitar conflictos, si no te gusta que te lama, no se lo permitas nunca. Eso sí, sin castigos, simplemente retiramos la cara.
Lamer como una forma de querer
Cuando los perros nos lamen, nos demuestran afecto y confianza. Este comportamiento animal lo conocemos como allogrooming, es decir, es el acto de acicalarse de manera recíproca entre los miembros de una misma especie y es una forma de interacción importante.
Esto en su mundo, es el equivalente humano a los abrazos.
Tienes que saber que a muchos perros no les gusta que los abracen, puesto que es una conducta que no es propia de su especie. Aun así, muchos lo toleran porque nos quieren.
Con los lametones, nosotros sentimos una incomodidad similar. No forma parte de la conducta propia de los humanos, pero muchos se dejan hacer por aprecio al animal.
La saliva como agente probiótico
Tanto si te gusta esta conducta, como si no, tienes que saber que el contacto con los perros, y concretamente con su saliva, hace que la flora intestinal de sus propietarios se fortalezca, gracias a la exposición constante a bacterias extrañas, que no son perjudiciales para la salud.
Así, algunos estudios coinciden en el hecho de que la flora intestinal del propietario o propietaria de un perro es mucho más rica y variada que la del resto de personas.
Además, podríamos decir que la saliva del perro funciona como un agente probiótico, que mejora nuestra resistencia a bacterias que sí que pueden ser perjudiciales para nosotros.
¿Qué te parece? ¿Has cambiado de opinión?