La pregunta que casi todos los cuidadores de gatos hacen en sus primeras visitas al veterinario es ‘¿Cómo hago para que mi gato no arañe el sofá?’.
Y es que, el rascado de uñas es uno de los motivos de consulta más frecuente de los propietarios de gatos.
La importancia del rascado de tu gato
El rascado de uñas de los gatos no es un comportamiento ocasional. Es una conducta totalmente normal, natural y necesaria para la especie, que se inicia a partir de la quinta semana de edad y continuará durante toda su vida.
Es muy importante que tu gato tenga una superficie adecuada para rascar. Si no la tiene, puede afectar a su bienestar y sufrir estrés y frustración, lo que derivará en otros cambios de conducta.
¿Cuáles son las funciones del rascado de uñas?
Este comportamiento tiene varias funciones, todas ellas muy importantes para la salud, tanto física como emocional del gato:
- Para marcar, tanto de manera visual (las marcas físicas que dejan al arañar) como olfativa (dejan la zona impregnada de feromonas que tienen en sus almohadillas).
- Para mantener las uñas en perfecto estado.
- Para estirar los músculos y tendones.
Una vez que se conoce la utilidad del rascado, es mucho más sencillo entender el por qué es tan importante poder rascar para un gato y, además, podrás tomar medidas para redirigir esta conducta hacia objetos más adecuados.
¿Cuál es el sitio u objeto adecuado para rascar?
Los gatos rascan las uñas de manera vertical, pero también de manera horizontal (si tienes gato, seguramente has visto la manera tan elegante que tiene de despertarse de una siesta). Por este motivo, es importante proporcionar superficies de rascado de los dos tipos, si quieres evitar disgustos con el sofá.
A continuación, te compartimos algunas de las características clave que deben tener los rascadores ideales.
La ubicación del rascador
Si el gato se echa la siesta en el sofá y se estira al despertar, debería tener una opción de rascado cerca para que pueda estirarse bien.
Aunque muchos propietarios se empeñan en tener todas “las cosas del gato” juntas y en la misma zona, en realidad es poco realista pretender que el felino se recorra todo el piso tras la siesta para afilarse las garras y desperezarse.
Los rascadores deben estar colocados en las zonas centrales del piso y/o en las zonas de descanso del gato. De esta manera, se aumenta la probabilidad de que sean usados.
El tamaño y la estabilidad del rascador
El tamaño del rascador debe ser el adecuado para las medidas de tu gato. Te ponemos un ejemplo:
Un gato de tamaño medio de pie (que es la postura de rascado vertical) alcanza los 60-80 cm de altura. Tener un rascador de 20 cm de altura no será suficiente para un gato adulto y lo más probable es que no lo use y, por lo tanto, que acabe utilizando otro objeto no aprobado por sus compañeros humanos.
Además, debe ser una superficie estable, ya que el felino apoya todo su peso en el rascador cuando se estira para utilizarlo. Un gato nunca usará un rascador muy ligero que se mueva o desliza si se apoya en él.
Hoy en día, puedes adquirir múltiples opciones de rascadores para que tu felino realice esta acción, tan importante para él.
Sin embargo, también puedes hacerle uno casero con materiales como cartones, tela de moqueta o de sisal. Cualquier textura que le guste a tu gato, y que cumpla con los requisitos anteriormente explicados, es válida.
¿Tienes alguna duda o problema con la conducta de tu gato? ¡Consúltanos!
Un articulo muy interesante. ¡Muchas gracias!