Si hablamos de hipertensión, es posible que solamente la relaciones con los seres humanos, ya que es una enfermedad muy habitual.
Pero, ¿pueden sufrirla los gatos?
Sí, y más a menudo de lo que imaginas.
¿Qué es?
La hipertensión felina es una enfermedad frecuente que provoca daños en el organismo del gato de forma imperceptible.
Los felinos de más de 7 años, aproximadamente, empiezan a tener un riesgo alto de sufrir hipertensión.
La tensión arterial normal de un gato se encuentra entre 120-140 mmHg (milímetros de mercurio). Entre 140-159 mmHg se considera que el animal es prehipertenso, entre 160-179 mmHg que padece hipertensión moderada, y a partir de 180 mmHg, hipertensión severa.
¿Cuáles son las causas de la hipertensión felina?
Distinguimos diversas causas del aumento de la presión arterial según los tipos de hipertensión, siendo más habitual la secundaria:
Primaria o idiopática.
Es la más frecuente en las personas, pero no en gatos. Aparece sin estar relacionada con otras enfermedades.
Secundaria.
La más habitual en felinos, es causada por enfermedades como la insuficiencia renal crónica, diabetes, hipotiroidismo, enfermedades hepáticas, etc.
¿Por qué es tan peligrosa?
La hipertensión felina provoca daños sobre órganos vitales o diana, como los ojos, el cerebro y el sistema nervioso, el corazón y los riñones, de forma tan paulatina que resultan imperceptibles si no se controlan.
- Ojos: hemorragias intraoculares o desprendimiento de retina, que suponen disminución o pérdida total de la visión, en ocasiones irreversible.
- Cerebro y sistema nervioso: hemorragias intracraneales que provocan cambios en el comportamiento, ataxia, temblores, demencia, convulsiones e, incluso, coma.
- Corazón y aparato circulatorio: síntomas de insuficiencia cardiaca.
- Riñones: signos de insuficiencia renal crónica, como polidipsia y poliuria (cuando el gato bebe u orina más de lo normal).
¿Cómo saber si tu gato es hipertenso?
Como en el caso de los animales geriátricos, una detección precoz es esencial para evitar daños irreversibles.
Para diagnosticar la hipertensión felina es necesario llevar un seguimiento de la presión arterial del gato.
En el Arca Felina disponemos de aparatos para medir la tensión de los gatos y recomendamos hacer revisiones periódicas para controlar la presión arterial. Por ejemplo, en gatos de más de 9 años, programamos revisión cada 6 meses.
Si detectas algún síntoma compatible con la hipertensión, debes acudir al veterinario para medir la presión del gato y descartar posibles enfermedades mediante una analítica de sangre y de orina.