Cuando decides adoptar un gato, una de las preocupaciones principales es que pueda enfermar y/o transmitir algún parásito a los miembros de tu familia.
En nuestra clínica, nos han preguntado más de una vez si los gatos suponen un riesgo durante el embarazo. Y, es que, todavía existe mucho mito al respecto.
Por ello, te hablamos sobre la toxoplasmosis, según el posicionamiento del GEMFE, y por qué no deberías preocuparte de tener un gato si estás embarazada.
¿Qué es la toxoplasmosis?
Toxoplasma gondii es un coccidio, un parásito intracelular obligado (necesita una célula huésped para reproducirse), que infecta prácticamente a todas las especies de sangre caliente, incluidas las personas.
La toxoplasmosis en gatos
La toxoplasmosis es poco frecuente en gatos domésticos. La gran mayoría de los gatos portadores no muestran nunca signos clínicos de enfermedad en el momento de la infección. Pero:
- En gatos inmunodeprimidos y gatitos puede provocar cuadros severos con neumonía, hepatopatías, pancreatitis, miocarditis y encefalitis.
- En gatos inmunocompetentes ocasionalmente puede inducir la presentación de cuadros de fiebre, miositis y enfermedad ocular.
Dado que el gato es el único animal que puede eliminar en las heces las formas infectivas del parásito T. gondii, es frecuente que los médicos y ginecólogos adviertan sobre los potenciales peligros del contacto con los gatos durante el embarazo.
Sin embargo, las evidencias científicas disponibles en la actualidad demuestran que el contagio de toxoplasmosis de gatos a personas, incluidas mujeres gestantes y enfermos de SIDA, es altamente improbable siguiendo unas normas básicas de higiene. La infección no se produce tocando o acariciando al gato. Por lo tanto, consideramos completamente injustificado el abandono o rechazo de los gatos en caso de un embarazo en la familia, aunque éste sea el consejo de algunos médicos.
(Posicionamiento del Grupo de Especialistas en Medicina Felina de España, GEMFE)
¿Cómo nos afecta la toxoplasmosis?
La infección por T. gondii en personas es muy frecuente, ya que entre el 30-40% de la población mundial es seropositiva y ya ha estado expuesta al parásito.
Puede manifestarse de forma diversa:
- En personas inmunocompetentes provoca cuadros subclínicos o enfermedad leve similar a la gripe.
- En personas inmunodeprimidas (como los enfermos de SIDA, pacientes en tratamiento con quimioterapia o medicamentos inmunosupresores, enfermos de leucemias o linfomas, etc.), pueden aparecer formas graves e incluso mortales que cursan con cuadros de neumonía, miocarditis y meningoencefalitis. En estas personas, con mayor frecuencia, se produce una reactivación de una antigua infección, como consecuencia del estado de inmunosupresión.
- En mujeres embarazadas no expuestas previamente a gondii (seronegativas) la infección puede provocar abortos, muertes neonatales, importantes malformaciones congénitas y secuelas neurológicas graves en el feto. En cambio, en mujeres embarazadas infectadas previamente a la gestación y, por lo tanto, con anticuerpos (seropositivas), nunca se producirá el contagio al feto.
En España, la detección de anticuerpos frente a la toxoplasmosis forma parte de las pruebas realizadas durante el embarazo.
¿Cómo nos contagiamos?
La infección por toxoplasmosis no se produce tocando o acariciando al gato. Las causas de infección son las siguientes:
- Comiendo carne poco cocinada o cruda.
- Manipulando carne cruda sin guantes.
- Ingiriendo leche cruda de cabra.
- Comiendo verduras frescas contaminadas no lavadas adecuadamente.
- Durante labores de jardinería o en patios de juegos para niños, si las arenas están contaminadas (el contagio requiere que se metan las manos sin lavar en la boca).
- Bebiendo agua contaminada.
- Ingiriendo restos de heces de gatos infectados por Toxoplasma gondii, al menos 24 horas después de la deposición.
¿Qué medidas debes tomar para evitar el contagio?
El contagio será muy improbable si sigues unas normas básicas de higiene:
- Come carne cocinada a altas temperaturas durante 10 minutos, o congela la carne a -20ºC durante dos días si vas a consumirla poco hecha.
- Lava adecuadamente las verduras siempre antes de su consumo.
- Bebe solo agua potable, de procedencia conocida, o tras ser filtrada/hervida si desconoces su procedencia.
- Utiliza guantes durante las labores de jardinería y al manipular carne cruda, y lávate bien las manos al acabar.
- Limpia diariamente la bandeja de arena del gato con una paleta, y desinféctala con agua hirviendo o vapor a presión.
Para evitar que tu gato doméstico se contagie, debes evitar que beba en aguas no controladas (de tiestos, ríos…) y que no cacen pájaros o ratones. Por lo tanto, los gatos deben ser preferentemente alimentados con comida comercial.
¿Tienes dudas? Consúltanos sin compromiso.
Encontrarás más información sobre la toxoplasmosis en el Posicionamiento GEMFE “Toxoplasmosis, gatos y embarazo”.