Con la llegada del buen tiempo, nos apetece más salir con nuestros perros a disfrutar del aire libre.
Pero, para poder divertirse sin peligro en las salidas al campo, es importante que conozcas uno de los problemas más frecuentes de la primavera: la procesionaria del pino.
La procesionaria: ¿qué debes saber?
La oruga del pino, o Thaumatopeapytocampa, es un lepidóptero. El término procesionaria, su nombre más común, proviene de su típica manera de desplazarse.
Su ciclo biológico hace que, en primavera, con la subida de las temperaturas, las orugas salgan de sus nidos y, guiadas por una hembra, salgan alineadas a buscar un lugar en el que enterrarse y formar las crisálidas.
El periodo más común para encontrarlas en el campo es desde febrero a mayo, dependiendo de la zona geográfica en la que nos encontremos.
¿Por qué tu perro siente curiosidad por la oruga del pino?
Seguramente, las has visto en más de una ocasión: una larga hilera de orugas, de color llamativo, que atraviesan los caminos y bosques.
Pues es precisamente esa alineación y movimientos de la procesionaria lo que puede llamar la atención de tu perro, y hacer que se acerque para olfatearlas o intentar jugar con ellas. También puede encontrar nidos de oruga que han caído al suelo y tu perro podría intentar cogerlos.
Sin embargo, las consecuencias de este contacto con las orugas o con sus nidos pueden ser muy peligrosas.
¿Por qué es peligrosa?
El contacto directo con los pelos de la procesionaria es la principal amenaza contra nuestros peludos.
Estos pelos contienen una sustancia tóxica llamada taumetopeína que, en contacto con la piel o las mucosas, producen liberación de histamina, pudiendo ocasionar lesiones graves por inflamación y necrosis de tejidos.
¿Cuáles son los síntomas?
Los perros, generalmente, se acercan a la procesionaria con sus patas o su boca, de manera que los síntomas que podrías notar si ha estado expuesto son:
- Nerviosismo.
- Intentos rápidos de tragar.
- Tocarse la cara o la boca con las patas.
- Hipersalivación.
- Edema o inflamación de la zona de contacto.
¿Cómo debes actuar en caso de contacto?
Si crees que tu perro ha podido estar en contacto con la procesionaria, deberías lavar con abundante suero fisiológico o, en su defecto, agua, la zona afectada.
Es muy importante que utilices guantes para evitar exponerte a la sustancia tóxica a través de tu perro. Nunca frotes la zona afectada, ya que romperías los pelos de las orugas, dando lugar a una mayor liberación de toxina y un empeoramiento de los síntomas.
Es fundamental que lleves a tu perro al veterinario lo antes posible si crees que ha podido tocar o comerse una oruga del pino, ya que los efectos pueden llegar a ser muy graves, dependiendo de la localización y la intensidad del contacto con la oruga.
¿Qué puedes hacer para evitarla?
Para prevenir problemas con la procesionaria, lo ideal sería que evitaras pasear con tu perro por pinares durante el periodo de riesgo (de febrero a mayo).
Si tienes pinos en tu propiedad, deberías realizar tratamientos de fumigación preventivos durante el año. En caso de que ya veas bolsones en los nidos, y se acerque la época de riesgo, puedes instalar conos barrera para evitar que la oruga llegue al suelo cuando salga.
Asimismo, puedes podar las ramas más bajas o sacar de ellas los bolsones, siempre protegiéndote los ojos y las manos, y teniendo cuidado de que el nido no caiga al suelo bruscamente. Sobre todo, evita hacer esto último los días de viento, ya que podrías dispersar pelos urticantes.