Los rasgos y particularidades del carácter de los gatos hacen que, en muchas ocasiones, llevarlos a la clínica veterinaria suponga una odisea, tanto para ellos como para sus propietarios.
En algunos casos, esta situación se vuelve tan estresante para el humano y el gato, que hace que muchos propietarios se planteen si realmente es necesario llevarlo a una revisión general.
¡Error!
Mediante las revisiones veterinarias, podemos detectar de manera precoz posibles problemas e instaurar los tratamientos adecuados.
Para mejorar todo lo posible la experiencia de los gatos en la clínica, te proponemos algunas pautas para antes y durante la visita a la clínica veterinaria.
6 pautas para llevar a tu gato a la clínica
1. Tipo de transportín
El transportín ideal es de plástico rígido, con puerta de rejilla metálica, y que se pueda desmontar fácilmente por la parte superior. De esta manera, si durante la visita el gato no quiere salir, podemos explorarlo retirando solamente la parte superior.
En cuanto al tamaño, es importante que el gato quepa cómodamente dentro, debe poder darse la vuelta y ponerse de pie con facilidad.
2. Habituación al transportín
En general, solemos tener el transportín desmontado y guardado, y solamente lo sacamos cuando vamos al veterinario, momento en que obligamos al gato a entrar en él, con lo que conseguimos que nuestro compañero ya llegue muy estresado a la clínica.
Es importante que el gato vea el transportín como algo familiar.
El día de la visita al veterinario, puedes pulverizar feromonas (Feliway travel) dentro del transportín, 15 minutos antes de la salida, para que el gato viaje más tranquilo.
RECUERDA: Si tienes más de un gato, es importante colocar a un solo gato por transportín.
3. Cita previa
Es recomendable concertar cita previa, especialmente con los gatos. Así, podemos atenderte rápidamente y sin esperas, reduciendo el tiempo que el gato pasa en la clínica.
Si nos llamas para concertar cita, coméntanos brevemente el carácter de tu gato. De esta manera, podremos adaptar nuestra exploración a sus necesidades y la experiencia será más cómoda para todos.
4. El traslado
Durante todo el trayecto y al llegar a la clínica, el transportín debe estar cubierto. Si viajas en coche, coloca el transportín en los asientos traseros y fijado con el cinturón de seguridad.
Además, lo ideal es que acostumbres a tu gato al movimiento con trayectos cortos como, por ejemplo, dando la vuelta a la manzana, unos días antes de llevarlo al veterinario.
5. En la clínica
Mantén el transportín tapado todo el tiempo. En nuestra clínica, disponemos de superficies elevadas para colocarlo cuando llegues. Pregúntanos al llegar.
– L’Arca Felina, clínica acreditada Cat Friendly por la ISFM:
Tenemos habilitada una zona especial para gatos. La sala de espera, la consulta y la hospitalización exclusiva, ayudan a que la experiencia sea más agradable para los felinos.
6. La vuelta a casa (si tienes más de un gato)
El gato que vuelve del veterinario puede estar impregnado de olores extraños. Esto podría hacer que el gato que se ha quedado en casa reaccione evitando el contacto e, incluso, con cierta agresividad al ver a su compañero.
Para evitarlo, puedes utilizar Feliway Friends y también mantener separados a los gatos durante un rato al volver de la clínica. En algunos casos más complicados, esta separación puede ser necesaria durante días. Si tienes más de un gato en casa, puedes consultarnos sobre cómo evitar problemas a la vuelta de la clínica.
¡Esto es todo!
Ahora, solo te pedimos paciencia.
Habituar a tu gato al transportín, que le guste utilizarlo y que los viajes al veterinario se conviertan en una tarea fácil, conlleva tiempo.
¿Qué te han parecido estas pautas? ¿Ya seguías alguna?