Habituar a un gato a su transportín no es tarea fácil, pero hacer que le guste usarlo te hará más sencilla la tarea de trasladarlo, por ejemplo, al veterinario.
¿Cómo escoger el adecuado para tu gato?
En primer lugar, si todavía no tienes uno, tienes que escoger un transportín. Pero, ¿cómo sabes cuál es el que le va bien a tu gato? Para que la medida del transportín sea adecuada, el gato debe caber bien, poder darse la vuelta, ponerse de pie y tumbarse cómodamente. Recuerda que no son buenos los extremos, un transportín muy pequeño puede resultar incómodo para el gato, pero en uno muy grande podría moverse demasiado. Además, te recomendamos optar por uno que sea robusto pero ligero, ten en cuenta que cuando el gato esté dentro, la carga ascenderá unos kilos. Los más adecuados son los de plástico que se pueden desmontar en dos partes, ya que hacen más fácil el proceso de habituar al gato a utilizarlo.
¿Cómo le acostumbro a utilizarlo?
Sea cual sea tu tipo de transportín, si quieres acostumbrarlo, te recomendamos seguir los siguientes pasos:
- Retira la puerta del transportín – y si puedes, también la parte superior – y déjalo abierto en un lugar de la casa donde tu gato se sienta cómodo. Coloca cerca su comedero. Si el gato deja de comer, aleja el comedero del transportín hasta que coma tranquilamente.
- Reduce progresivamente la distancia hasta que puedas colocar el comedero dentro del transportín. Primero a la entrada, para que pueda comer sin entrar todo el cuerpo.
- Esconde algunas chuches en el transportín. Si durante el día encuentras dentro a tu gato, aprovecha para premiarle.
- Cuando entre y salga del transportín con regularidad para dormir o relajarse, aprovecha para colocar la tapa superior e, incluso, cerrar la puerta. Aumenta el tiempo que está encerrado para que se vaya acostumbrando. Puedes darle alguna golosina como premio.
¿Cómo hacer que pierda el miedo al movimiento?
Si has completado los pasos anteriores, la siguiente fase es acostumbrarle al movimiento. ¿Cómo conseguirlo? Con algo de comida que llame su atención y en 2 pasos:
- Empieza por levantar durante un instante el transportín del suelo y volver a dejarlo en el sitio. Aumenta progresivamente el tiempo que permanece en el aire.
- Da algunos pasos y deposítalo en el suelo de nuevo. Aprovecha algún tramo corto como subir las escaleras de casa, salir a la calle y volver a entrar, etc.
Si también has superado esta situación, queda lo más difícil: los viajes en coche. Para muchos animales, el movimiento en un vehículo es altamente estresante y puede marearles con facilidad, lo que convierte la experiencia en desagradable. Te recomendamos habituarlo poco a poco a los ruidos del coche sin arrancarlo, e ir aumentando progresivamente el tiempo en movimiento.