Las colonias de gatos son tratadas frecuentemente como un nido de enfermedades, suciedad y problemas para la zona en la que se encuentran. Estas colonias se forman, normalmente, de dos maneras: el abandono de gatos que vivían en una casa y sin esterilizar; y las camadas no deseadas de propietarios que no esterilizan a sus gatos.
Los felinos que viven en la calle están constantemente expuestos a situaciones peligrosas como, por ejemplo, ser atropellado por un coche, maltratado por una persona o envenenado por ingerir comida que alguien deje en la calle.
Sistema de control
Las colonias controladas son gatos que conviven en una zona urbana o rural, y que están bajo la vigilancia y mantenimiento de protectoras y personas que prestan su ayuda desinteresadamente. Pero, ¿cómo se controlan las colonias?
- Se aplica el sistema CES (Captura-Esterilización-Retorno) para evitar el crecimiento descontrolado de la población. Además, les marcan en la oreja para saber que ya están esterilizados.
- Se les proporciona pienso seco para no ensuciar tanto el entorno y eliminar la posibilidad de intoxicación o envenenamiento por sobras o alimento que dejan algunas personas.
- Control sanitario y revisión veterinaria regular para evitar enfermedades tanto para la colonia como para los humanos.
Beneficios de las colonias controladas
Como ya has leído, cuando se realiza este trabajo en las colonias, se hace un control de la natalidad y se evita la reproducción desmesurada de los gatos que lleva a la superpoblación; y se consigue una mejora en la salud de los gatos con revisiones, para evitar el afloramiento de enfermedades que se pueden transmitir entre ellos y a los humanos.
Así mismo, encontramos diversos beneficios para el espacio donde conviven los gatos como, por ejemplo, la disminución de ratas y ratones, una mayor limpieza en la zona y la desaparición de las peleas en la época de celo.